.

.
Saludos fans de la Ciencia Ficción!!!Me llamo Iván Avila y os doy la bienvenida a mi blog. En él encontraréis un espacio en el que compartir nuestras inquietudes, visiones y gustos sobre la Ciencia Ficción y la literatura Fantástica en general. Cada semana iré introduciendo un relato de cosecha propia, junto con comentarios sobre mis lecturas, recomendaciones, clásicos, novedades y demás historias.Espero que lo visitéis a menudo y paséis un buen rato leyendo y compartiendo conmigo nuestra pasión común por la Ciencia Ficción.

jueves, 8 de mayo de 2014

Comentario: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais..."

Este monólogo tan conocido de "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip k. Dick, catapultado a la eternidad por formar parte de la escena cumbre de la película Blade Runner, es para mí el alegato vitalista más excelso de la historia de la literatura, y que curiosidad que Dick lo pusiera en boca de un replicante, de un androide; en definitiva de un ser "no humano". ¿O no es tan casual? Porque aquí topamos con uno de los temas claves de la obra de Dick, con una de sus mayores obsesiones: ¿Qué nos hace humanos? ¿Cuál es nuestra esencia? ¿Qué nos diferencia de el resto de seres vivos del Universo? ¿Y de aquello que somos o seremos capaces de crear, de "dar vida"?
Nadie como Dick para cuestionarse ese tipo de interrogantes sobre nuestra naturaleza, humana o divina; de buscar un sentido a la existencia, de implorar una transcendencia que intuye inexistente: la existencia de un demiurgo, un ser divino creador que dote de sentido a todo.
Y es que este monólogo, señores, pone en boca de un androide el deseo de trascender, la angustia por intuir que tras la muerte se encuentra el más absoluto y absurdo de los vacíos, y que todo aquello que hemos vivido, visto y sentido se irá con ello para siempre... se perderán como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir...

Comentario: Katham, Skarrion Guntar y otros sucedáneos de Conan.

Creo no equivocarme si afirmo que a la mayoría de los lectores de CF nos gusta también el género fantástico, en su concepción más amplia y por ende las aventuras del inmortal bárbaro salido de la pluma de Robert Howard.
Este personaje, como tantos otros que adquieren una dimensión de mito literario o icono cultural, tiende a ser imitado, plagiado y reinventado hasta la saciedad, pero con resultados bien dispares. Que es a lo que voy.
Mientras Sprague de Camp utilizó directamente los apuntes manuscritos dejados por Howard, de lo cual no podía salir nada malo; otros como el compatriota Andrés Díaz Sánchez, adopta el modelo howardiano, pero le da una vuelta de tuerca, aderezándolo con un toque muy personal, que en ocasiones supera el original y que convierte sus novelas en algo digno de ser leido.
Y otros, sin embargo, como Lem Ryan crearon un burdo calco de Conan y lo insertaron en unas novelas desestructuradas, inconexas y absurdas que configuran la saga de Katham.
He ahí el peligro de ser un mito, que pueden hacer contigo lo que quieran porque ya no eres del autor, sino de todos.
Larga vida al bárbaro cimmerio.