Muchas han sido las distopías que a lo largo de los años se han escrito; algunas famosísimas como 1984 o Un Mundo Feliz, y otras no tanto, pero igualmente apreciables. Unas inciden sobre aspectos tecnológicos, otras sobre avances científicos, médicos o genéticos; algunas sobre la cultura o la economía... El caso es que de todas las obras distópicas que haya podido leer (unas diez o quince), se podía hacer un compendio muy completo y tal vez tuviésemos frente a nosotros algo parecido a lo que muy probablemente el futuro nos deparará. Y yo me pregunto ¿Cómo podemos estar tan seguros de que el devenir de los tiempos nos traerá un futuro muy similar al que plasman los autores de CF en sus obras? Lo cierto es que si nos fijamos en las novelas más antiguas y miramos con un poco de perspectiva, es terrible averiguar que se han hecho realidad muchos de los presagios que auguraban nuestros más vetustos escritores. ¿No podemos, pues, hacer algo por cambiar esta dinámica si sabemos hacia dónde nos lleva? ¿O es que estamos metidos en una espiral de autodestrucción inevitable, predecible y fácil de imaginar?
El sistema capitalista hace aguas y cada vez son mayores las desigualdades sociales; la sanidad y la tecnología serán disfrutadas por unos pocos privilegiados, mientras el grueso de la población vivirá en medio de la precariedad y la incultura, comiendo las migajas de los potentados que nos gobernarán y utilizarán a su antojo sin que podamos hacer nada. No hará falta estados opresores, los grupos económicos de poder regirán nuestros destinos sin necesidad de encarcelarnos (somos más útiles como esclavos minimamente asalariados). No nos engañemos, la peor de las distopías se está haciendo realidad hoy... O tal vez la mejor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario